El Albense FS tendrá que remontar a domicilio para lograr el ascenso a Segunda División

El Albense está a un suspiro de un posible ascenso a Segunda División. Después de ganar al Leis Pontevedra y tras superar al Gran Canaria, el equipo de Alba de Tormes se enfrenta al CD Tafa FS, primero en casa, siendo la vuelta a domicilio. No cabía un alma en el Pabellón Municipal Alba de Tormes, que vió hasta en dos ocasiones dos goles por encima, pero terminó por detrás 3-4, en un desinflado final.

Se adelantó pronto el Albense en botas de Álvarez, distancia aumentada antes del descanso por Angus, que celebró con una grada totalmente rendida a su equipo y un aficionado que desde Sevilla le había venido a ver solo a él. 'Angus, vengo desde Sevilla solo para verte, ¿me das tu camiseta?', rezaba su pancarta. Al descanso, diferencia 2-0 y expulsión de uno de los jugadores visitantes, bajo la atenta mirada de la alcaldesa del municipio, María Concepción Miguélez Simón.

Recortó en el primer minuto de partido distancias Íñigo a favor del conjunto visitante, pero la férrea presión de los locales tuvo una casi inmediata recompensa, con el 3-1 de Alvarito, que volvió a permitir el respiro de los verdes ante su afición. Restaban 15 minutos para el final del encuentro.

El partido estaba loco y en una pérdida de balón en campo propio, volvió a reducir distancias Íñigo, tras pase filtrado de Xabi. Y mientras que el Albense seguía gozando de las ocasiones más claras del partido, con un gol fantasma sacado bajo palos por la defensa del Tafalla, llegó el 3-3, en una mala salida del guardameta del equipo a las órdenes de Óscar.

El Albense perdonaba, el Tafa penalizaba y a falta de seis minutos para el final el equipo local ya estaba con cinco faltas cometidas. Y llegó el gol, el peor, el que ponía por primera vez por delante al conjunto navarro. En solo tres pases y de lado a lado del campo, Bailón logró el 3-4 y en el pabellón se entonó 'Albense nunca se rinde', pero el bajón era más que obvio, el de más a menos, cada vez más peligroso.

El ambiente se caldeó con varias amarillas para ambos lados, pero el resultado no cambió. La afición despidió al equipo al grito de 'sí se puede'.

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