La estratégica calle de Salamanca vital para un nuevo supermercado que nunca volverá a ser gratis

A un paso del parque de los Jesuitas y paralela al paseo de Canalejas, la calle la Marina es también un eje básico de una complicada zona de tráfico que va a sufrir muchos cambios. A partir de ella se organiza la circulación en una yincana de pequeña calles y giros, próximos a un colegio o a la oficina del paro, y todos sus usuarios van a tener que acostumbrarse a un cambio total en su tráfico porque pronto será de otro sentido y será, para siempre, de pago para aparcar.

El cambio llegará en cuanto se adjudique el nuevo contrato del aparcamiento regulado, la zona azul, que llega con nuevos parquímetros más modernos y, muy importante, una ampliación de las plazas de pago. Serán más de 600 nuevas en 35 calles y la regulación ha puesto sus ojos en esta zona de la capital.

Una larga franja paralela a Canalejas que abarca desde la comisaría de la calle Jardines hasta el parque de La Alamedilla se incorporará al área de aparcamiento regulado. En su caso, será una de las dos ampliaciones de la zona verde, con una rotación menos severa que la azul. ¿Cuándo? Pues cuando se adjudique el contrato y se instalen los 163 nuevos parquímetros previstos, lo que puede tardar todavía bastante: el contrato va esta semana a comisión, hay que licitar, dar tiempo a las ofertas y adjudicar.

Para cuando eso llegue, esta calle y toda su área habrán cambiado sustancialmente. En la actualidad, está medio cortada por las obras de reforma de un edificio con tres portales que se está rehabilitando para hacer pisos; una obra que está aparejada a la construcción de un nuevo Mercadona en un local que comunica Canalejas con La Marina, en un local de 1.700 m2 que está siendo reformado en paralelo con la obra del inmueble. Ambas obras están relacionadas a partir de los garajes que van a compartir y de un patio interior que los comunica.

Para cuando se abra el nuevo supermercado, al que le queda cerca de un año de obras, y haya terminado la reforma de los pisos, está previsto que se cambie el esquema de circulación. Los vecinos pedían desde hace años que esta angosta calle pasara a ser de un único sentido y reorganizar todo el tráfico que hay.

Así se hará, con coches sólo de bajada hacia la calle Imperial y, más que probablemente, aparcamiento sólo en uno de los lados para ampliar aceras y olvidarse de las actuales estrecheces: ahora es de doble sentido y muchas veces los coches no caben porque la calzada no da el ancho y se aparca en los dos lados.

Este cambio llegará en el plazo de unos meses, pero puede que para entonces ya esté aprobado el nuevo contrato de la regulación del aparcamiento en la ciudad y que la calle sume otro cambio más: parquímetros para pagar por aparcar.

Según el pliego de condiciones, está previsto ampliar en dos zonas las calles en zona verde en las que se pagará por aparcar en la vía pública. Y la calle la Marina está entre las incluídas, como también todas las de esta misma zona que tienen posibilidad de aparcar.

Este núcleo era uno de los últimos reductos para aparcar gratis en las proximidades del centro. De hecho, en Canalejas no se puede y al otro lado, hacia la Gran Vía, ya es todo en zona azul. Cuando cambie el contrato, el ticket del aparcamieto se hará sitio hacia Jesuitas lo que afecta a la Marina, Álava, Ceriñola... prácticamente todas aquellas en las que ahora se puede aparcar libremente.

El cambio afectará a los usuarios de la zona, que no son pocos. En el entorno hay un colegio, el Padre Manjón, la oficina del Ecyl, muchos supermercados, la Seguridad Social... Muchos de los que acuden a la zona aparcan como pueden y sin pagar, pero ahora habrá zona verde.

Eso implica una rotación que permitirá que entren unos coches por otros, pero evitará los aparcamientos por largo tiempo que son habituales en la zona, lo que en teoría favorece a los usuarios de los servicios mencionados.

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